Con base en los principios fundamentales y las características del proceso del tratamiento de nitruración para tubos de acero sin costura, los parámetros clave del proceso incluyen la temperatura de nitruración, el tiempo de nitruración y la velocidad de descomposición del amoníaco. En este blog, exploraremos algunos aspectos críticos del proceso de tratamiento de nitruración para tubos de acero sin costura.
1. Temperatura de nitruración
A una temperatura de nitruración de 500°C, la dureza superficial del tubo de acero es alta. Sin embargo, cuando la temperatura supera este punto, la dureza comienza a disminuir. Esto ocurre porque los nitruros no se agregan significativamente por debajo de 500°C y la dispersión de los humos es mayor. Teniendo en cuenta el equilibrio entre la dureza, la profundidad de la capa nitrurada y la posible deformación de la tubería de acero, la temperatura óptima de nitruración normalmente se mantiene entre 480°C y 560°C.
2. Tiempo de nitruración
La dureza de la superficie de los tubos de acero sin costura alcanza su punto máximo después de un período de nitruración específico. Prolongar el tiempo disminuye ligeramente la dureza, siendo necesarios tiempos más cortos a temperaturas de nitruración más altas para alcanzar la dureza máxima. Sin embargo, la profundidad de la capa nitrurada continúa aumentando con un tiempo de nitruración prolongado.
3. Tasa de descomposición del amoníaco
La tasa de descomposición del amoníaco se refiere al porcentaje de hidrógeno y nitrógeno generado a partir de la descomposición del amoníaco dentro del horno. Una mayor tasa de descomposición da como resultado una mayor concentración de hidrógeno, lo que inhibe la penetración de los átomos de nitrógeno al hacer que el nitrógeno permanezca estancado. Por el contrario, una tasa más baja promueve la infiltración de nitrógeno. El exceso de amoníaco puede provocar una mayor fragilidad de la tubería de acero. La velocidad de descomposición está influenciada por varios factores, incluida la presión del horno, el caudal de amoníaco, el estado de la superficie de la tubería de acero y la presencia de catalizadores. Por lo tanto, mantener la tasa de descomposición del amoníaco dentro de un rango óptimo del 18% al 45% es crucial y se puede controlar ajustando el caudal de amoníaco y la presión del horno.