Los tubos de acero galvanizado se someten a un tratamiento con disolventes para garantizar una limpieza y preparación adecuadas antes del proceso de galvanización. Este tratamiento elimina contaminantes y mejora la adherencia del recubrimiento de zinc. A continuación se muestra una descripción general de los pasos clave y las pautas para el tratamiento con solventes de tubos de acero galvanizado.
Inmersión en Solvente:
La tubería de acero está completamente sumergida en el tanque de solvente, asegurando que toda la longitud de la tubería esté cubierta. Es fundamental que ninguna parte de la tubería de acero quede expuesta al aire por encima de la superficie del disolvente. Si se forman burbujas de aire en los extremos de la tubería, se deben eliminar. Una vez sumergida la tubería, se levanta y se hace vibrar para garantizar que se elimine el exceso de disolvente. Luego, el tubo de acero se transfiere con cuidado a la rejilla de secado.
Ángulo de inclinación de la tubería:
Durante el tratamiento con solvente, el ángulo de inclinación de la tubería de acero no debe exceder los 15°. Esto asegura que el solvente se aplique uniformemente a lo largo de toda la superficie de la tubería.
Tiempo de remojo:
El tubo de acero debe permanecer en el disolvente durante un período de 60 a 120 segundos. Para tuberías que estén en servicio o hayan sido tratadas previamente, se recomienda un tiempo de remojo de 3 a 5 minutos. Para las tuberías destinadas al revestimiento, el tiempo de remojo debe ampliarse de 5 a 10 minutos.
Temperatura del disolvente:
El disolvente debe mantenerse a temperatura ambiente para mantener su eficacia y evitar daños a la tubería de acero. Es fundamental controlar la temperatura para garantizar que el disolvente permanezca limpio y dentro del rango recomendado.
Manipulación posterior al tratamiento:
Después del tratamiento con solvente, la tubería de acero debe manipularse con cuidado para evitar la contaminación. La tubería no debe exponerse a la suciedad ni a la humedad. Se debe colocar sobre una plataforma de secado de manera equilibrada. Si la tubería debe colocarse con los extremos hacia arriba, asegúrese de aplicar cloruro de amonio a las patas de la tubería para evitar la contaminación antes de colocarla en la rejilla de secado.
Este proceso de tratamiento con solvente garantiza que las tuberías de acero galvanizadas estén completamente limpias, libres de contaminantes y listas para el posterior proceso de galvanización o enchapado. El manejo adecuado durante esta etapa es crucial para lograr un acabado de alta calidad y garantizar la longevidad del revestimiento galvanizado.