El tratamiento de pasivación es un proceso esencial para los tubos de acero galvanizado que deben almacenarse o transportarse durante períodos prolongados. Este tratamiento ayuda a prevenir la corrosión, comúnmente conocida como "óxido blanco", durante el almacenamiento y el tránsito. Dos métodos de pasivación ampliamente utilizados son los tratamientos con cromato y fosfato. A continuación se muestra una descripción general de los pasos clave involucrados en la pasivación de tuberías de acero galvanizado.
Método de pasivación por pulverización:
La solución de pasivación se rocía directamente sobre la tubería de acero galvanizada en caliente. El spray debe aplicarse desde una distancia aproximada de un metro, procurando que la solución se distribuya uniformemente sobre la superficie. Después de rociar, la tubería se debe limpiar con un cuchillo de vapor para eliminar el exceso de líquido. Es fundamental asegurarse de que el líquido se elimine completamente para evitar restos de humedad que puedan provocar corrosión.
Toallita de aire comprimido:
Después de rociar la solución de pasivación, se utiliza aire comprimido para eliminar cualquier líquido restante de la superficie de la tubería de acero. Este paso ayuda a garantizar que el recubrimiento de pasivación se aplique uniformemente en toda la superficie. Ajustando la presión del aire, se puede controlar el espesor del recubrimiento. Es fundamental que no quede ningún exceso de líquido en la superficie de la tubería galvanizada, ya que esto podría formar gotas de líquido indeseables que podrían afectar negativamente la efectividad del recubrimiento.
La pasivación ayuda a mejorar la durabilidad de los tubos de acero galvanizado, asegurando que permanezcan libres de corrosión durante el almacenamiento y el transporte. La aplicación adecuada de la solución de pasivación es esencial para lograr un recubrimiento uniforme que proporcione protección a largo plazo a las tuberías de acero.